Lunes de presentaciones y descubrimientos. Sí, vuelve por fin Blogger Invitado ¡cómo me gusta esta sección! como me gusta presentarte bitácoras nuevas, personas maravillosas que están detrás con tantas horas de trabajo.
Crear un blog y mantenerlo en el tiempo cuesta mucho, pensar constantemente en lo que más le puede gustar a tus seguidores, querer innovar para mantener a tus lectores y atraer a nuevos corazones que formen parte de tu familia es difícil, muy difícil.
Digo familia porque por lo menos para mí (estoy segura de que para muchos bloggers más también) quienes me leen y me acompañan en este camino son de alguna manera parte de mi familia, esas personitas que se toman unos minutos para escribirte, para desearte cosas buenas, quienes me siguen en las redes y ven crecer a mis hijos, no pueden ser otra cosa más que familia "virtual" pero importante.
Cuando te llega tanta buena vibra no puedes más que sentir agradecimiento, cuando te escriben al correo pidiéndote un consejo sobre algún tema no puedo sentir otra cosa que no sea responsabilidad, por eso digo FAMILIA, porque aun sin conocerte en persona te quieren, te leen, se alegran con tus alegrías y se preocupan con tus penas. Todo esto solo se puede retribuir con esfuerzo y con mucho amor.
Por eso hoy me siento especialmente contenta, la persona que te voy a presentar es especial, ella probablemente no lo sepa, pero cuando alguien te mueve la fibra que tienes dentro de la forma que lo hace ella conmigo al leerla, es ESPECIAL. Cuando alguien capta tu atención de esta manera y cuando alguien te inspira esta admiración es singularmente mágica.
Hoy te presento a Carolina, Psicóloga, madre y la voz detrás de Mamá Resiliente, un blog que acaba de nacer pero que ya promete ¡y mucho! Carolina es una mujer estupenda, fuerte, valiente, luchadora, con un don de palabra impresionante, un hermoso corazón y un sentido del humor unico. La conocí a través de otro blog +Mamá Adanyl blog gracias a un comentario que le dejo en un post estupendo publicado hace muy poco y aquí te lo muestro "Sin el gran filtro de la represión que nos ponen en la infancia y la adolescencia, habría más gente bi, disfrutando del amor sin condiciones" y me gusto tanto esa frase tan cierta que me fui corriendo a averiguar quien era la persona que la había escrito y ya la ves, ¡hoy esta aquí!
Si visitas su blog te encantara su forma de escribir, los temas que toca, su espíritu luchador y el gran amor que siente por su pequeña Alicia. Pero no quiero revelarte más, porque esto que debería ser una mini presentación se está alargando demasiado y tengo palabras bonitas hacia ella para mucho rato, mejor freno y te invito a leer esta preciosa reflexión que nos trae ¡mil gracias Carolina! por el tiempo, tus palabras, las ideas y las ganas. Adelante...
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Hace muchos años, cuando empecé mi formación en
terapia Gestalt, nos propusieron hacer una actividad que era presentarnos
haciendo un dibujo que nos definiera.
Yo dibujé un tren, una maquinaria con
vagones cargados de cosas, con unas vías flotando en la nada, una maquinaria
que iba a toda potencia sin un camino trazado. Me di cuenta poco a poco que ese
tren no tenía un rumbo consciente, sino que sólo iba hacia adelante, demasiado
cargado de cosas inútiles y a todo trapo, a punto de descarrilar.
Años más tarde, cuando tomo conciencia, me sigo
viendo en parte como aquel dibujo, pero ahora soy yo quien decido el rumbo del
tren y las "mercancías" que llevo conmigo.
La vida es como un viaje en tren, siempre
hacia adelante porque no hay vuelta atrás en el tiempo. Cada parada es
única, aunque se pueden parecer y nosotros decidimos dónde pararnos. Pasaremos
por valles hermosos, o podemos tomar el camino más angosto y difícil entre
barrancos. Podemos muchas veces entrar en el túnel, elegir el más largo y
oscuro. No sólo hay una vía, sino que a cada paso podemos encontrar muchas
bifurcaciones. ¿Cuál eliges? Yo antes elegía la que "debía" ser,
ahora intento elegir más la que yo quiero, la más fácil y agradable.
Seguramente muchas personas no estén de acuerdo y piensen que eso es una
frivolidad.
A estas personas les diré que frivolidad es
dejar pasar la vida en problemas que no nos incumben, o en tareas que no
queremos hacer, sino que han sido impuestos descaradamente o sutilmente.
El tren de mi vida lo conduzco yo,
yo decido la velocidad, yo decido en qué paradas quiero estar más tiempo. En
algunos momentos de mi vida tendré pocas bifurcaciones y seguramente no tendré
más remedio que pasar por estaciones muy dolorosas, yo ya lo hice, no tuve más
remedio cuando a mi hija se le paró el corazón y casi muere. Fueron momentos
muy oscuros, el panorama fue el más horrible por el que pude pasar, y además soy
consciente de que el futuro puede volverme a llevar allí, por eso, en lo
que esté en mi mano, no pasaré por placer, por gusto o por inconsciencia por
paradas desagradables.
El tren de mi vida va cargado con lo que yo
quiera. No con las exigencias ajenas: familiares y sociales. Lo
cargaré con lo que me de alegría.
El recorrido de mi tren lo elegiré yo en la
medida de lo posible. Elegiré lo mejor para mí. Cuidaré mi tren,
porque es lo que me sostiene y me lleva.
Y cuando llegue a la parada final,
cuando el tren ya no pueda recorrer el camino, tendré la satisfacción de
haber recorrido la mejor de las opciones. De haber hecho lo mejor que he
podido en mi viaje en la vida.
Cuando me baje de mi tren, no
tendré el pesar de sentir pena por no poder continuar el viaje, porque he hecho
todo lo que yo quería.
Si quieres que cada día sea un regalo, haz que
tu vida sea tuya. Entonces, la estarás viviendo y no tendrás la sensación de
que la estas dejando pasar. Que cuando llegue el final, no te preguntes
¿cómo habría sido si hubiera vivido mi vida?
Fdo: la maquinista.
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Nos haces pensar... A veces tienes ganas de que el tren vaya más deprisa y se salte paradas y otras que se quede en la parada más tiempo... Me encanta esta comparación de la vida y un tren, siempre me ha gustado.
ResponderEliminarEs preciosa la comparación y muy acertada, Carolina hoy me ha hecho reflexionar sobre las vías que he decidido recorrer y llego a la conclusión que hasta que tuve a mis hijos el camino no lo decidía yo, pero en el mismo momento de ver la carita de mi primer hijo tome el control de mi tren y voy por donde quiero, paro las veces que sean necesarias y en los sitios que más me gusten y disfruto del camino, ¡últimamente me gustaria que mi tren circulara a menos velocidad para disfrutar de esos pequeños momentos de felicidad que me brindan mis pequeños!
EliminarGracias por tu visita y por tomar parte de tu tiempo en dejarnos tu comentario...
Besos!
Gracias terenya, Libertad... que os sirva a mi me parece suficiente. Compartir es una alegría, y que os sirva es un regalo. Muchos abrazos.
EliminarAyer lei este artículo y hoy vuelvo a leerlo, es de esas entradas que hay que meditar y volver a leer varias veces. Me ha encantado la comparación con los trenes y es cierto que cuando tenemos hijos nuestra vida esta ligada a sus necesidades.
ResponderEliminarYo perdí la cuenta de las veces que lo he leído jajaja me encanto contar con Mamá resiliente siempre!
EliminarSe me olvido comentar que he entrado en el blog de mamaresiliente y me ha encantado, gracias por el descubrimiento.
ResponderEliminarGracias a ti x la visita!!!
EliminarEs muy buena comparativa la que has hecho entre el tren y la vida; por mi parte, creo que tendría que aplicar estos consejos en mi vida para viajar más ligera.
ResponderEliminartodos deberíamos aplicar estos consejos, seguramente la carga en el viaje de la vida sería más ligera!
EliminarGracias x la visita!
Wao! Como me he identificado con este artículo, si me preguntaran a mi es muy probable que también dibujara un tren. Es para reflexionar profundamente, gracias por compartir es de las entradas que guardo y mas adelante vuelvo a leer para cargar fuerzas
ResponderEliminarEs una entrada muy reflexiva y de la que debemos aprender mucho, aligerar el camino y decidir x donde ir debe ser una prioridad que decidamos nosotras mismas!
EliminarGracias por tus palabras guapa!