Momentos: la vida esta llena de esos pequeños momentos que llenan un espacio vital en nuestras almas, ¿Tú los sabes reconocer? ¿Los verdaderos? ¿Los importantes?
Estas vacaciones, tuve una desconexión forzosa de todo el mundo blogueril, y las RRSS de alguna forma quedaron relegadas, si no sabes nada de esto, te lo contaba hace unos días por aquí.
Lo cierto es que gracias a eso pude vivir de una forma más intensa otros aspectos de mi vida. Yo siempre he sido muy de pequeños detalles, los valoro, los agradezco, y los necesito, pero es cierto que últimamente la vorágine de Internet estaba haciendo mella en mí y empezaban a pasar desapercibidos porque estaba muy centrada en otras cosas. Pero estos meses todo cambió, no recuerdo un verano tan especial desde hace mucho tiempo y eso que ha sido el que menos he visitado la playa (ya sabéis que soy de mar)
Me ha costado entenderlo, pero por fortuna, casi al final, lo entendí todo: me he dedicado a buscar y sentir esos momentos.
Me he dedicado a reír, a disfrutar, a recibir besitos de "pececitos", a remolonear en cama con los abrazos de mis dos pequeños hasta muy tarde, a verlos disfrutar de tantas primeras veces, aprender a nadar, montar en bicicleta, su primer camping, sus primeras vacaciones, también a poder charlar con mi adolescente y reírme con sus payasadas, a mirarlo, simplemente mirarlo de lejos y verlo crecer, a recordarlo... ¡Que importante es recordar! ¡Que gratificante volver a sacar un álbum, ver sus fotos de bebé y volver a vivir esos momentos! sobretodo cuando la nostalgia te invade y te aguantas las lagrimas. Decía ayer mi querida Reich de Mamá Oso Panda en un post de Instagram, que ella vendería su alma al diablo por revivir esas primeras veces con sus hijos otra vez, sus embarazos, sus primeros llantos, la primera vez que los cogió en brazos, ¡pues yo también! yo también la vendería sin dudarlo.
Me he dedicado simplemente a tirarme en una tumbona rodeada de amigos, de gente buena, positiva. Me he dedicado a conversar, a comer helados, a jugar con ellos, cantar y bailar, recordar anécdotas, reír con sus historias, contar las mías, conocerlos un poco más, ver a nuestros hijos forjar amistades, jugar juntos y pelearse también, tirarnos de bomba en la piscina, nadar de noche, ganar apuestas y cumplir la penitencia por perderlas también. Me he dedicado a tener momentos para el silencio, para pensar y reflexionar, me he dedicado a DISFRUTAR, disfrutar lo cotidiano, lo sencillo, lo que por fortuna tenemos siempre.
Estoy convencida que solo olvidándonos al máximo de nuestra realidad, aunque solo sea por unos minutos, podremos conseguir esos momentos y con ellos también el sentido real de nuestras vidas.
Para eso me ha servido este verano atípico, ¿Quién me iba a decir a mí que tan lejos del mar me iba a suceder? ¡Pero que no sirva de referente! mi pasión por el mar es inequívoca y además me da la vida, es (en sentido figurado) como que el horizonte, el azul del mar y sus olas fueran directamente a parar en algún rincón de mi extraño ser y cargaran a tope la batería para aguantar el resto del año.
Por suerte algunos de esos pequeños, pero importantes momentos logré capturarlos para guardarlos y recordarlos por siempre ¡Me hacostado muchísimo decidirme! ¿Los vemos juntos?
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Cómo mola!!!! 😍😍👏👏👏👏👏👏 Por mas veranos asiiiiii !!!! 😍😍😘
ResponderEliminarDesde luego que sí, por lo menos iguales a este!!!!
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