¡Va por ti Mamá!

El amor de madre es el combustible que le permite a un ser humano hacer lo imposible
(Marion C. Garretty).



Siempre que tengo ganas de sentirme más cerca de ella corto unas rosas rojas y las pongo en un jarrón, de hecho, este rosal trepador lo plante por y para ella. A mi mamá le encantaban las rosas rojas, tanto que siempre bromeaba con sus amigas diciéndole que el día que ella partiera, en su tumba no quería otra rosa, solo rojas, y así fue, los que la conocían lo recordaron y cumplieron su deseo, recuerdo ese día, ¡tenía tantas y tantas rosas rojas!

Sé que a muchos les parecerá una tontería pero es la forma que tengo de sentirla cerca. Pienso en mi mamá todos los días, pero hay algunos más especiales que otros, hay momentos en los que siento que necesito de ella especialmente y ya han pasado muchísimos años (este sentimiento será igual hasta el final).

Mi madre era  gran amante de las plantas y la jardinería, hasta las especies más raras se le daban bien. Amaba las plantas y tejer, siempre estaba tejiendo algo, sacaba tiempo de donde no lo había, era tan ocurrente y tan coqueta, todo lo que hacia lo hacia con un inmenso amor, cuidaba hasta el último detalle de todo. Imagino que de allí saque yo esos genes.

Desde que me mude aquí y empecé con esto de la jardinería, a mí también se me dan de maravilla, a veces creo que es ella que me ayuda. Yo no siento que mi mamá partiera, la siento siempre cerca de mí y tengo mis formas de comunicarme con ella. Tal vez sea una manera de afrontar la perdida y lo mucho que la extraño.

No puedo describirla porque tardaría horas, pero era un ser muy especial, ojalá algún día pueda llegar a ser tan buena madre y mujer como ella y ojalá que el día que yo falte me recuerden de esa forma tan especial como lo hacemos todos por ella.

Definitivamente hay personas que vienen a este mundo y dejan huella y mi mamá fue una de ellas. 


Intento siempre criar a mis hijos como lo hizo ella, solo tengo recuerdos hermosos de mi mamá y una grandísima sonrisa roja en mi mente. A mi hijo mayor le hablo mucho de ella, desde pequeño habla de su abuela fina (sin conocerla).

Ahora con mis hijos sé todo lo que ella tubo que pasar conmigo, los miedos, angustias pero también felicidad y amor retribuido, es cierto: solo se entiende a una madre cuando tienes tus hijos.

Solo puedo darle las gracias infinitamente por ser quien fue y sigue siendo dentro de mí, por hacer de mí quien hoy soy, porque aún después de su partida, sus valores, su cariño y su educación han seguido en mí, me han hecho buena, justa, libre, solidaria... Ella y papá han sido mis mejores guías.

Sin más que decir... aquí las tienes mamá,  rojas como te gustan, tu ya sabes por qué hoy ;)




"El amor de una madre no contempla lo imposible"
 (Paddock).


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